"Adulting" básico: Preguntar porqué es importante
A medida que pasan los años y evaluo mi vida, me doy cuenta de que los 20’s tienen mucha influencia en cómo serán las próximas etapas de nuestra vida. ¿Porqué? Pues porque en los 20’s ocurren muchas transiciones: Pasas de la secundaria a la universidad, de la universidad a la carrera profesional, de la soltería al noviazgo, (y después, quizá como en mi caso, a la soltería una y otra vez), y después, al matrimonio y muy posiblemente viene la llegada de la cigüeña. En realidad, este es un tiempo para conocerse a fondo, ver el mundo y vivir experiencias con amistades. Estas experiencias son oportunidades únicas en la vida. Estas son las memorias que se convertirán en “aquellos buenos viejos tiempos”. Y la verdad, si no tenemos cuidado, estos años se nos pueden ir volando, a menos de que seamos intencionales al proponernos una visión y una vida con propósito.
Es tan importante tener una visión para tu vida. Sin una visión, puede que estés muy ocupado en cosas sin sentido. La idea es tener un propósito e intención en lo que haces. ¿Qué es lo que realmente quieres hacer con tu vida? ¿Porqué hago lo que hago actualmente?
Estas son preguntas que me he hecho durante tiempos de transición. Al tiempo que me pregunto y evaluo, creo que una buena pregunta para hacerse es “¿por qué?” La mayoría de nosotros, cuando éramos niños, constantemente enfadábamos a nuestros padres preguntándoles el ¿porqué? de las cosas. “¿Porqué pasa esto? ¿Porqué haces eso? ¿Porqué esto? Porqué lo otro? Sí, puede tornarse enfadoso, pero he aprendido que preguntarnos el por qué de las cosas nos permite contestar y explicarnos claramente, porqué hacemos lo que hacemos
Por varios años ya, he hecho varios trabajos a la vez, adquiriendo mucha y gran experiencia. Creo que la manera mas rápida de encontrar lo que nos gusta es tomar varios roles y descubrir qué nos gusta y qué no nos gusta. Aun más, es en estas experiencias puedes evaluar si lo que haces es algo a lo que quieres seguir dedicándote o no. Saber dónde estás parado y a dónde quieres llegar – eso es tener visión. Cuando tienes una dirección clara de a dónde quieres llegar en tu vida, tu jornada espiritual, tu matrimonio, o tu carrera, puedes determinar mejor cuales de las cosas que actualmente haces en tu vida o que se crucen por tu camino en el futuro, serán de beneficio para ti o te causarán daño.
Aquí te van algunas ideas prácticas que pueden ayudar a guiarte en el proceso de establecer una visión.
Identifica lo que te apasiona y tu manera de trabajar
Ver patrones en tu vida o intereses que coinciden y asesoras tus habilidades, puede ser una buena mezcla de información que ayude a guiarte en cuanto en qué quieres invertir tu vida los siguientes años. ¿En qué eres bueno? ¿En qué no eres tan bueno? ¿Cual es tu historia? ¿Existen asignaciones en las que te encuentras continuamente o a las que te postulan tus compañeros? Utiliza estas preguntas como guía para desarrollar tu visión.
Tómate el tiempo para respirar
Una pregunta común en entrevistas es ¿Dónde te ves en 5 años? A veces estamos tan ocupados trabajando en el día a día que perdemos el enfoque de porqué nos dedicamos a esto desde el principio. Es importante tomarse el tiempo para recordar y reenfocarse, de lo contario, será muy fácil desgastarnos y quemarnos. Mas allá de esto, podríamos encontrarnos en un momento donde hemos perdido la visión.
¡Escríbelo!
Creo firmemente que somos más aptos a seguir con una meta hasta el final o con una idea cuando la escribimos y la mantenemos a la vista. Así como las escrituras, si la grabamos en nuestros corazones, si la meditamos día y noche, se convertirá en parte de nuestro ser. La realidad es que solemos olvidar, y cuando olvidamos perdemos el enfoque. Tener un recordatorio visual nos mantiene enfocados y nos ayuda a combatir el olvido.
Haz la pregunta del millón, ¿Porqué?
Hazte (y pide a aquellos cercanos a ti que te hagan), las preguntas difíciles. No se trata siempre de encontrar consejo u opinión, sino de permitir a mentores, o a tu red de apoyo, que te hagan preguntas que te pongan a pensar y te permitan ver las cosas desde otra perspectiva. Todos tienen una opinión y consejo que dar. Además, puedes buscar a tu alrededor hasta encontrar a quien reúna todo lo que buscas y aun así, no siempre es lo mejor.
Cuando pienses en dejar huella en tu cultura, tu mundo, tu iglesia, tu vecindario, tu familia, comienza con una visión. Aprender más sobre ti, tus habilidades, tus pasiones, puede ayudar a guiarte a entender tu propósito. Cuando empiezas a vivir tu propósito, eso te llena de confianza, porque estás en tu elemento. Tomar el tiempo para procesar por ti mismo, en todas la áreas en las que estas involucrado, te ayudará a desarrollar una visión. Así que vuélvete como un niño pequeño por un momento y pregúntate los “¿Porqués?” Creo que te encontrarás desarrollando un estilo de toma de decisiones que será más visionario, que circunstancial.
¿Tienes una visión y propósito para tu vida? Comparte con nosotros tu experiencia en la sección de comentarios en la parte posterior.