Cómo rescatar a su matrimonio de su estación otoñal
Rumbo a mi trabajo vi un “Billboard” que decía “Ama a todos, siempre.” Al leer el anuncio, mi mente se fue rápido a la energía negativa que se presenta, diariamente, en las redes sociales. Contrario al anuncio, el odio parece llenar las redes. ¿Por qué es que la capacidad de tolerancia a que la gente pueda tener diferencias de opinión es tan poca?
No toma mucho para que la diferencia entre los usuarios escale a insultos personales. En un post político en Facebook, por ejemplo, vea la parte de los comentarios y desplace hacia abajo para ver las discusiones cargadas y se dará cuenta de que los insultos no tardan en hacerse notar. Mientras pensaba en esto, tuve uno de esos sentimientos que parece que uno ya ha vivido. Como cuando uno siente que ha tenido una experiencia similar antes, pero no logra recordarla.
Después de un rato con el sentimiento, se me revolvió el estómago al darme cuenta que he visto la minimización de hostilidad demasiadas veces como algo tan común. He tenido la oportunidad de ofrecer consejería a parejas durante la última década en mi previo trabajo clínico y es ahí donde he visto este mismo patrón. Las parejas vienen buscando consejería por un asunto prejudicial que creen es irreconciliable. Aun las parejas más felices y saludables llegan a un punto de su vida juntos donde, inevitablemente, no logran coincidir.
Está destinado a pasar dadas las diferencias inherentes al ser dos personas distintas. Algunos factores dinámicos que llevan a tal fricción son las experiencias, trasfondos culturales, géneros, e ideologías diferentes.
Después de los primeros tres años de una relación, cuando la etapa del amor infundido por la química pasa, las personas parecen ser menos pacientes el uno con el otro ante sus diferencias. Las investigaciones indican que los neurotransmisores, tales como la dopamina en la actividad cerebral durante la primera etapa pasional de una relación, es muy parecida a aquella de una persona que usa drogas. El cerebro es completamente dominado por la pasión y las diferencias parecen color de rosa e inconsecuentes.
Unos años más tarde, la misma pareja se encuentra angustiada por el enojo, frustración y, en algunos casos, por insultos hirientes.
En el libro Las 4 Estaciones del Matrimonio: Los Secretos para un Matrimonio Duradero, Gary Chapman nos recuerda que la calidad de una pareja pasa por estaciones, tales como las estaciones del año. Chapman nos explica que, durante el otoño, por ejemplo, el preludio a un invierno de vientos helados que deshojan árboles, las parejas caen en su propia estación de otoño de confusión de experiencia de vida e incertidumbre. Se desconectan y abandonan cualquier intento para buscar la reconciliación. Al distanciarse emocionalmente, comienzan a culparse el uno al otro por asuntos actuales.
Esta experiencia es un contraste oscuro a la estación de verano en una relación la cual se distingue por su comunicación constructiva, aceptación de sus diferencias y crecimiento espiritual. Durante dicha etapa en una relación, existe un apego sólido y un espíritu de apoyo y cuidado. Y en este sentido, existe una gran satisfacción como resultado de los logros obtenidos y de la resolución de conflictos.
El libro de Chapman sobre las diferentes etapas del matrimonio nos recuerda un mensaje que constantemente es comunicado por expertos en matrimonios. Las parejas entrarán y saldrán de la etapa de luna de miel, de felicidad, un sin fin de veces durante su relación. Al enfrentar las diferentes transiciones y decisiones que ponen a prueba su compromiso, entrarán y saldrán de diferentes estaciones.
Aquellos que han sobrellevado muchas estaciones pueden dar testimonio de la dulzura del amor al crecer en magnitud como la oportunidad de luchar y disfrutar al pasar por cada estación. Entonces, ¿qué debemos hacer cuando nos encontramos en medio de una de las estaciones difíciles de nuestra vida – muy similar a la que actualmente vive nuestro país? No permita que la naturaleza tome su curso.
Al madurar en su relación, podrá identificar señales que le llevarán a la estación de invierno en su matrimonio (un periodo marcado por amargura, desapego, falta de interés por negociar sus diferencias y de distanciamiento en silencio juntos.) Cuando note que están culpándose el uno al otro con frecuencia, que minimizan los argumentos y tienen periodos de selección y distanciamiento, cambie el curso. Invierta en su relación todos los días:
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- Sean agradecidos el uno por el otro diariamente,
- Perdónense el uno al otro aun cuando no quieran hacerlo,
- Fomenten su amistad por medio de citas románticas,
- Hablen de asuntos que les molestan una y otra vez.
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Habrá veces donde podrán negociar sus diferencias y veces en las que no podrán ponerse de acuerdo sobre sus diferencias de opinión. Hablen sobre sus diferencias hasta que con tranquilidad puedan dejarlas de lado. Y no olvide el recordatorio, ámense el uno al otro, siempre.