¡El cielo es el límite! Aprendiendo a vivir libre de deudas.
Facturas, facturas y mas facturas llegaban y nosotros no teníamos el dinero para pagarlas. Mi esposo apenas ganaba el salario mínimo y hablaba muy poco inglés. Yo estaba embarazada de nuestro primer bebé y era ama de casa. Vivíamos en un pequeño apartamento donde la cocina era del tamaño de un closet. Muchas veces no sabía si teníamos suficiente dinero para comprar comida o leche. Esos fueron tiempos muy difíciles.
Eventualmente, las cosas fueron mejorando para nosotros. Yo encontré un trabajo y a mi esposo le iba muy bien en el suyo. Pero nuestra familia seguía creciendo y sus necesidades también. Para poder cubrir los gastos, usábamos tarjetas de crédito. Usábamos una tarjeta, luego la pagábamos con otra que ofrecía 0% de interés, por un período de tiempo. Esa práctica se volvió un ciclo vicioso y en lugar de tener libertad financiera estábamos hasta el tope de deudas. Teníamos de dos a tres trabajos solo para lograr cubrir gastos y ahorrar un poco para el colegio de nuestros hijos. Estas deudas nos causaron insomnio, preocupación, ansiedad, estrés, miedo y problemas de salud.
Finalmente, un buen día tomamos la decisión de poner nuestras finanzas en orden. Tengo que admitir que fue difícil y requirió de mucha disciplina. Desarrollamos un plan, creamos un presupuesto y comenzamos a decirle a nuestro dinero a dónde debía ir. Empezamos a tener control sobre nuestras finanzas hasta que, poco a poco, por fin quedamos libres de deudas.
Nos tomó un tiempo salir de la difícil situación en la que nos habíamos metido. Pero estábamos decididos a salir del hoyo en el que nos hundimos. Este proceso requirió que ambos trabajáramos en equipo. Comenzamos a ser mas cuidadosos en la manera y en qué gastábamos nuestro dinero. Todos los gastos debían caber en el presupuesto e ir de la mano con nuestras metas financieras. Solo hacíamos compras en efectivo y ahorrábamos para vacaciones y gastos mayores. No gastábamos lo que no teníamos. Ahora disfrutamos de una estabilidad financiera y la oportunidad de hacer las cosas que siempre quisimos hacer. Lo mejor de todo es que hemos podido aumentar nuestras contribuciones a otros y a organizaciones que marcan la diferencia. Mi esposo y yo estamos más conectados que nunca y sabemos que podemos hacer realidad nuestros sueños cuando trabajamos juntos.
¿Qué fue lo que aprendí de esta experiencia? Que todo inició con una simple decisión….yo quería librarme de las deudas. Y juntos, mi esposo y yo, creamos un presupuesto y un plan. Mi consejo para ti es que no te desanimes durante los primeros meses, créeme, que las cosas mejorarán. No te rindas cuando te sientas frustrado porque cambiar viejos hábitos y comportamientos, toma tiempo. Date el tiempo de crecer y no esperes que las cosas cambien de la noche a la mañana.
Aquí te comparto algunos tips financieros que mi esposo y yo hemos aprendido.
- Crea un presupuesto (incluye todos tus gastos)
- Lleva el balance de tu chequera
- Deja de usar tarjetas de crédito… córtalas y tíralas. Ahorra para las compras grandes y paga en efectivo.
- Ten un fondo de ahorros para emergencias… esto te ayudará cuando se presenten gastos inesperados para los que normalmente usamos las tarjetas de crédito. Si tienes dinero ahorrado, no necesitarás tarjetas de crédito.
Por supuesto que existen muchísimos tips financieros, pero estos son un buen inicio. Recuerda que un poco de esfuerzo y disciplina pueden ayudarte a llegar a donde quieres – ¡A tener libertad financiera!