¿Y Esto, lo Vale? (Ahorrador vs Gastador)
Todos los días, personas con diferentes experiencias culturales y sociales y diferentes personalidades entran en una relación con sus propios valores sobre el dinero para formar una familia.
Un valor es una fuerza dentro de ti. Tus valores relacionados al área del dinero van a afectar cómo te relacionas con este, contigo mismo y con los demás. No todos tenemos valores fuertes financieros. Y no todos tenemos la gracia necesaria para tratar con paciencia a la pareja en la relación que tiene los valores financieros más débiles.
Comúnmente, existe un gastador y un ahorrador en la relación halando la soga financiera en direcciones opuestas. El gastador desea disfrutar una mejor calidad de vida en el presente y el ahorrador desea sentirse financieramente seguro, sacrificando las comodidades diarias por seguridad financiera a largo plazo.
Esta danza puede, rápidamente, convertirse en una guerra debido a que los valores de estos dos individuos hacia el dinero pueden ser tan opuestos el uno del otro que terminan causando polarización antagonista.
Algunas parejas rápidamente se dan cuenta que, si desean llevar la paz en el hogar, deben aprender a fundir sus valores, con el claro entendimiento de que esta fusión de valores no es fácil, pero con trabajo y cooperación, eventualmente, la inversión dejará sus dividendos.
Otras parejas nunca se dan cuenta de la trampa que le tienden estos desacuerdos de género financiero y permiten que las peleas sobre el dinero se hagan frecuentes e interminables. Al final, no es lo que se gasta o no se gasta lo que está creando el problema, sino lo que el dinero representa para cada uno de ellos.
Estas peleas en vez de resolver los problemas ,simplemente, amplían la distancia entre dos personas que están tratando de vivir bajo un mismo techo. Los dos continúan peleando incesantemente y mientras más discuten sobre el dinero, especialmente, si estos argumentos están sucediendo más de una vez por semana, mayor es la posibilidad de que terminarán en divorcio. Ni siquiera las polémicas políticas pueden causar tanto caos en una relación de la forma en la que diferentes puntos de vistas de dinero pueden llegar a hacerlo.
Por lo que llega un momento crítico en el cual las parejas que no están de acuerdo en cómo gastar el dinero deben decidir si van a continuar peleando incansablemente o si van a establecer parámetros en estas áreas de sus vidas para tener acuerdos más amistosos mientras se esfuerzan en cohabitar en medio de sus diferencias.
¿Qué puedes hacer si te encuentras atascado en el remolino de desacuerdos financieros?
Cuando la tentación de pelear sobre el dinero se presenta, no permitas que estos desacuerdos se conviertan en una batalla mortal en la cual uno pierde y el otro gana. Al contrario, acepta que el argumento que la otra persona está haciendo es tan válido como el tuyo y merece el mismo respeto a ser considerado como el tuyo.
Establezcan límites firmes con la ayuda de una tercera persona si es necesario y hagan el compromiso de tratar de entender lo que ese gasto o ese ahorro realmente significa para la otra persona. Si eres el que gasta, fortalece tu carácter aprendiendo a retrasar la gratificación y si eres el que le gusta ahorrar, aprende a ser mas flexible en las cosas que estás dispuesto a gastar dinero por el bien de la relación. Ve estos tips que te ayudarán a decidir qué hacer o no para mejorar tus hábitos financieros.
Al final, recuerde que su relación vale más que el oro y ningún desacuerdo vale el daño emocional que todo este conflicto trae. Aprendan a valorarse el uno al otro sobre todas las cosas. No hay nada que cause más polarización antagonista entre dos personas que los valores que cada uno tiene sobre el dinero. Cuando vivimos con alguien que tiene puntos de vistas extremadamente opuestos a los nuestros, en cuanto al dinero y a su función se refiere, no existe forma de entrar en acuerdos amigables. Si uno en la relación es un ahorrador y el otro es un gastador las parejas van a pelear más y mientras más una pareja pelea sobre el dinero, especialmente, si esto ocurre más de una vez por semana, más probabilidad existe de que van a terminar divorciados.
Estas peleas sobre el dinero son frecuentes e interminables porque en el fondo no son sobre lo que se gasta o no se gasta, sino sobre lo que el dinero significa para cada uno. Por lo que al final estas peleas en vez de resolver el problema, simplemente, amplían la distancia entre las dos personas que están tratando de convivir.
Es en este momento crítico, las familias que difieren en la forma en la que el dinero debe ser empleado, deben decidir si se van a continuar peleando incansablemente o van a establecer parámetros en esta área y a desacordar amigablemente.
Cuando la tentación de pelear sobre el dinero se te presente toma la decisión de no permitir que estos desacuerdos se conviertan en una batalla mortal, donde uno pierde y el otro gana. Al contrario, acepta que el argumento del otro puede tener tanta validez como el tuyo y debe ser considerado con la misma seriedad y altura con la que mantienes el tuyo. Establezcan parámetros firmes con la ayuda de una tercera persona si es necesario y comprométanse a tratar de entender lo que este gasto o este ahorro significa para la persona que aman. Asistan juntos a un taller para mejorar la comunicación en su relación, incluyendo sus finanzas.