El Amor por la Familia
"El amor se demuestra al proveer por la familia financiera, emocional y espiritualmente. Como pareja, se requiere trabajar en equipo para poder cultivar cada una de estas áreas.”
Nuestra sociedad sabe amar bien físicamente. Si miras una revista de Cosmopolitan y de GQ te darás cuenta que somos expertos del amor sexual y de la provisión financiera, pero el amor tiene una faceta emocional y espiritual que también debemos cultivar.
Dan Allender y Tremper Longman han enfatizado que “el matrimonio requiere un compromiso radical para amar a nuestras parejas tal como son; a la misma vez, deseando que se conviertan en lo que todavía no son. Todos los matrimonios se mueven o hacia adelante perfeccionando la gloria del otro o hacia la degradación del otro.” El matrimonio crea un clima donde el amor es probado inmensamente haciendo evidente sus facetas espirituales y emocionales; facetas que muchas veces ignoramos o de las que ni siquiera estamos conscientes.
Los que ignoran o no se dan cuenta que estas otras facetas existen, se dan por vencida y se entregan a la desesperación dando lugar al divorcio o la separación. Pero es importante que permitamos que nuestra relación matrimonial extienda nuestra capacidad de amar y que cada una de las muchas facetas del amor sean cultivadas tratando a la persona no como es, sino como queremos que sea. Pues casi ninguno de nosotros actuamos de una forma agradable (o somos fáciles de amar). Casi siempre “metemos la pata”, hablamos sin pensar, ofendemos, somos insensibles, etc. Pero si reconocemos que nuestras parejas son tan humanas como nosotros y perdonamos sus insensibilidades, entonces, estamos aprendiendo a amar emocional y espiritualmente, no solo físicamente.