Comunicación Implícita: La comunicación en mi casa
Creciendo en mi hogar, la comunicación con mi madre a menudo se sentía como un juego de charadas. Para aquellos familiarizados con los hogares puertorriqueños, podrían relacionarse. Si necesitaba algo, sus instrucciones serían vagas, como "mira nena, búscame aquella cosa que está encima de aquello, allá en aquel cuarto". Si tenía dudas, ella me guiaba con un gesto sutil de los labios, convirtiéndolo en una búsqueda del tesoro.
Con el tiempo, descifré sus señales y aprendí a entender sus mensajes implícitos. Los estilos de comunicación, a menudo aprendidos en casa, varían desde claros y concisos hasta apasionados o, como el mío, implícitos. Pero al interactuar con otros, especialmente de diferentes orígenes, mi estilo de comunicación los dejaba confundidos.
Me tomó un tiempo darme cuenta de que mientras entendía mis propias señales, otros no lo hacían. Trabajar con grupos diversos me hizo consciente de esta brecha. Tuve que aprender a ser más preciso y verificar la comprensión. Gradualmente, mejoré prestando atención a las respuestas de los demás y dando espacio para la clarificación. Aunque a veces mis hábitos culturales resurgen, he aprendido a pausar, observar y permitir espacio para el entendimiento mutuo, cerrando la brecha en la comunicación.
En el libro de Erin Meyer El Mapa Cultural, ella observa:
"La forma en que estamos condicionados a ver el mundo en nuestra propia cultura parece tan completamente obvia y común que es difícil imaginar que otra cultura pueda hacer las cosas de manera diferente."
La comunicación está tejida en la tela de nuestra vida diaria, influyendo en cómo interactuamos con todos, desde nuestras parejas y amigos hasta maestros, colegas y personal. Cada uno de nosotros lleva consigo la impronta de nuestra crianza y origen cultural, dando forma a nuestros estilos de comunicación de manera sutil pero significativa.
Si aspiramos a cultivar conexiones más profundas con quienes nos rodean, tanto cerca como lejos, es esencial reconocer y apreciar la diversidad de estilos de comunicación. Al abrazar la curiosidad y participar en un diálogo abierto, podemos cerrar las brechas culturales y fomentar el entendimiento mutuo, creando espacios para compartir significativos y el aprendizaje para prosperar.
Preguntas de reflexión:
- ¿Cómo influyó tu propia crianza en tu estilo de comunicación?
- ¿Cómo puede la conciencia de los estilos de comunicación cultural mejorar la empatía y fomentar conexiones más profundas con los demás?
- ¿Qué estrategias has utilizado para mejorar la comunicación y comprensión en interacciones interculturales?