Las disciplinas olvidadas
No se puede tapar el sol con un dedo, estamos en medio de una crisis y según los medios de comunicación las cosas van a empeorar. Puedo decirte lo que debes hacer mientras te escondes en tu casa hasta que pase el apocalipsis pero he descubierto que el Internet tiene ideas geniales de cosas que podemos estar haciendo mientras estamos atrapados en casa con nuestras parejas e hijos. Celebridades entusiasmadas y ciudadanos se han ido a Facebook, Instagram y Twitter a compartir sus ideas de entretenimiento casero, desde construir fortalezas en la sala, hacer dibujos que pueden ser subidos a Shutterfly, hasta mi idea favorita, practicar las matemáticas usando los palitos de revolver el café. Por lo que voy a dejar la creatividad para los expertos de Pinterest y hablarles en vez de las disciplinas olvidadas que pueden ayudarnos a salir adelante durante esta pandemia.
La Disciplina de la Espera
Hemos sido encargados con la tarea dolorosa de esperar durante la pandemia COVI 19 y no solamente esperar pero esperar mientras trabajamos desde casa con la añadidura de educar a nuestros hijos ya que las escuelas están cerradas. Algunos no están restringidos a trabajar desde sus hogares sino que debido a la naturaleza de sus profesiones se espera que se presenten a sus lugares laborales, pero aun así aun tienen que esperar; esperar a que la economía mejore, esperar en líneas en los supermercados, esperar por resultados de laboratorios médicos, esperar a que se estabilice la bolsa de valores, esperar a que se abran las escuelas donde asisten sus hijos. En fin, esperar a ver lo que el futuro trae.
La peor parte de esta pandemia es tener que ejercitar la virtud de la paciencia pues la vida no está marcada por soluciones instantáneas y apresuradas ya que son los gestos lentos de fe los que nos sacan de debajo de nuestras circunstancias. Si tu jefe no te devuelve la llamada a tiempo, no te desesperes; si las escuelas no abre mañana, encuentra tu paz interna y haz lo mejor que puedas para educar tu a tus propios hijos; si el cheque de asistencia del gobierno no te ha llegado, no te olvides que el pánico es tu peor enemigo y no va a ayudarte a encontrar mejores soluciones. No saber como encontrar paz interna durante tiempos estresantes te causara mas daño emocional que la misma epidemia. Cuando te sientas ansioso, ve afuera y respira profundo y recuerda que existen momentos en la vida en que lo único que podemos hacer es estar quietos. Mientras esperas a que lo peor pase, recuerda que la historia no dice sus hazañas en términos de temporadas sino en términos de generaciones y que tiene su calendario marcado no por minutos sino por siglos.
La Disciplina del Sacrificio
Para sobrevivir esta crisis tendremos que aprender a vivir más allá de nosotros mismos. Esto significa que tenemos que poner a otros primero y sacrificar nuestras emociones de paniqueo por el bienestar de nuestros seres queridos. Siempre buscamos hacer las cosas que nos causan la menor cantidad de molestia pero en medio de una crisis donde el bienestar emocional y físico de nuestros pequeños está en peligro es necesario que hagas cosas que tal vez no deseas hacer en nombre del sacrificio. Siéntate al lado de tu pequeño mientras hace su tarea, sonríe a tu pareja y dile, “saldremos adelante” cuando sus horas han sido reducidas en el trabajo; pide a Dios por tus padres cuando veas que uno de ellos sucumbe a la enfermedad; resuelve no gritar, irritarte o demandar cuando tus hijos se rehúsan a hacer la tarea o mantener la casa limpia. Se la fuerza que trae paz a tu hogar cuando todo parezca inútil. Podemos sobrevivir la convivencia pero debemos sacrificar la irascibilidad y el mal humor y reemplazarlo por fe y esperanza.
La Disciplina del Contentamiento
Es una tarea difícil encontrar contentamiento cuando la bolsa de valores tuvo la osadía de perder todos nuestros ahorros de retiro en una sola semana. Es por esto que el contentamiento es una disciplina. Una habilidad que requiere esfuerzo para ser pulida. El contentamiento no tiene nada que ver con darse por vencida y mucho que ver con ser agradecido. Durante estos días de escasez, aprendamos a practicar la gratitud. Enfócate en las cosas buenas que te ha dado la vida y no en las repisas vacías del supermercado. Encuentra gratitud en la nota musical de un ave, en el brote temprano de la primavera, el el calor de un rayo de sol, en el ruido de la lluvia, en el llanto de un bebe, en el abrazo de un ser querido. Tu eres el único que puede traer una actitud de gratitud a tu hogar en las circunstancias actuales. Cuando tus hijos se quejen porque sus vacaciones de semana santa han sido suspendidas, y tus suegros lamentan que la bolsa de valores ha menguado sus fondos de retiro, mantente firme en tu compromiso de ser agradecido pues cuando de ti brota contentamiento, los demás se sentirán contagiados.
La Disciplina de la Misericordia Social
Esta es una de las disciplinas más complicada de desarrollar en este tiempo de distancia social. Lazos de Familia acaba de subir la siguiente frase a la red que me ha recordado de esta disciplina: “Recuerda que la distancia social no significa estar desconectado. Busca a las personas que están en tu círculo y se amables con ellos.” Aunque algunas personas les gusta estar solos, los humanos no estamos diseñados para vivir sin una red social. Nos necesitamos los unos a los otros. Averigua qué es lo que tu vecino necesita y comparte con ellos de tu abundancia. Esto no resulta siempre ser una necesidad física o financiera; muchas veces lo que la persona necesita es una conexión social, una conversación telefónica, una palabra de aliento. Procura estar presente en alma aun cuando debido a las circunstancias no puedas estar físicamente presente.
Los seres humanos no tienen la capacidad de hacer varias cosas a la misma vez por lo que deberíamos dejar la multitarea para otra especie. En vez de dejar que el mundo te pase por delante en tu camino hacia el mañana, para y vive el momento y hazlo con la persona que requiere tu atención. Apaga el ciclo de noticias de 24 horas, pon el Netflix en pausa si es necesario y así podrás estar presente en alma y comenzarás a desarrollar la disciplina de misericordia social. Da de tu tiempo, dinero y recursos sacrificialmente. Como mi padre decía, “hazlo hasta que te duela.” Las disciplinas y virtudes antiguas no han pasado de moda. En un mundo que está pasando por una pandemia, tu paciencia, sacrificio personal, contentamiento y misericordia social son esenciales. Puedes convertirte en el cable telegráfico que une al ser más afectado con la fe, la esperanza y el amor. Permanece firme afianzado de paz y serás luz entre tantas tinieblas.
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