Sobre Querer Más
¿Puede recordar el ultimo objeto que anheló por un tiempo?
Una vez que compro lo que realmente quería, ¿cuánto tiempo paso antes de encontrar otro artículo atractivo que le llamara la atención? Acabamos de entrar en la temporada navideña, y con ella, ya hemos comenzado a ser bombardeados con anuncios dirigidos y promociones diseñadas para coincidir con nuestra lista de deseos.
Querer más está integrado a nuestro ADN. Es un valor de la cultura capitalista en la que vivimos. Querer más nos ha llevado a luchar contra la conformidad y a crecer. Queriendo más...
- Nos motiva a arreglar lo que está roto.
- Motiva a los padres a crear oportunidades para que nuestros hijos prosperen.
- Nos ayuda a crear metas e hitos en el trabajo para ayudarnos a sobresalir.
- Nos mantiene en marcha en el juego de la vida.
Sin embargo, a veces, nuestra naturaleza exigente se extiende a nuestras relaciones.
Si usted es casado, usted espera que su cónyuge actúe de esta manera u otra. Si usted es padre, tiene expectativas sobre cómo deben comportarse sus hijos. Definir sus expectativas es algo bueno, excepto cuando son totalmente irrazonables.
¿Qué sucede cuando sus propios deseos superan su capacidad o la realidad de los demás a su alrededor? Tal vez quiera una casa grande pero no puede pagar la hipoteca que viene con ella. O tal vez usted quiere que su hijo juegue deportes universitarios cuando a él no le importan los deportes. O tal vez quiera tener cenas en su casa, y su cónyuge es un introvertido. Cuando nos aferramos a expectativas o deseos que no son realistas e imponemos estos a nuestros seres queridos, pueden surgir la amargura y el resentimiento.
Cuando no mantenemos nuestros deseos en control, la insatisfacción puede apoderarse de nuestro espíritu. Comenzamos a criticar a nuestros seres queridos por no hacer esto o eso. Somos quisquillosos con las infracciones más pequeñas. Nos volvemos inquietos, creando una lista de tareas pendientes que no se han revisado.
Dado que estamos inclinados a querer más, a menudo acumularemos las expectativas en nuestros hijos y cónyuges, de manera destructiva para la relación. Viene en forma de regaños. Y esas quejas y criticas después de un tiempo crean inercia.
Dejamos de sentirnos motivados para hacer y en su lugar nos hacemos hacia atrás o gateamos. Cuando llegamos a la encrucijada que ofrece dos caminos: el camino de querer conducir al crecimiento y el camino de querer conducir a la inercia, ¿cómo sabemos qué camino debemos elegir?
La buena noticia es que no tenemos que elegir si adoptamos una actitud de generosidad.
La generosidad es la clave que nos permite querer, sin ahogarnos en el proceso. La generosidad es lo mucho que nos damos el uno al otro. Pueden ser los pequeños detalles como hacerle una taza de café o un té a un ser querido por la mañana, sacar la basura y darle flores o chocolates a alguien.
Cuando damos, podemos aspirar a más sin renunciar a nuestras almas en el proceso. Una actitud generosa y agradecida nos ayuda a mantener nuestros corazones en control.
Dar derrite el hielo que se puede acumular cuando nuestra codicia se apodera de nosotros. Y dar nos ayuda a mantenernos satisfechos y felices. Una encuesta nacional encontró que las parejas que obtuvieron la puntuación más alta en una escala de generosidad tenían muchas más posibilidades de declarar ser "muy felices" en sus matrimonios.
¿Le gustaría ser feliz en su matrimonio y en sus relaciones más preciadas? Sea agradecido a todos, siempre. Adopte un espíritu de gratitud los 365 días del año. La realidad es que siempre querrá más de sus seres queridos – lo que hacen por usted hoy nunca es suficiente. Anhelará más de lo que le puedan dar. Si permanece sobre lo que lamenta que no tiene, resentimiento e incluso desprecio puede llegar a morar en usted, lo que le hace increíblemente infeliz y vil.
Haga que su objetivo sea ser generoso y agradecido todos los días, y estará contento. Envíe un mensaje a su ser querido, escríbale notas, deles besos y abrazos, dígales por qué está agradecido por ellos, dígales que los aprecia, los valora, los apoya, los anima, dele el regalo de un descanso de los niños, dele el regalo de pasar ese tiempo anhelado con sus amigos.
A medida que les da y les da y les da amor, sus deseos y ansias ya no le consumirán.
Dar, amar y apreciar generará en usted el deseo de dar más en lugar de simplemente querer más.