Frío, chocolate caliente y lectura en familia
Aunque mi padre viajaba mucho debido a su trabajo, siempre estaba presente en mi vida. Recuerdo muchas noches en las que compartía conmigo y mis cinco hermanas a la luz de una vela las experiencias y aventuras vividas en sus viajes. En esos días era común perder la electricidad en las noches en la República Dominicana, por lo que en estas noches oscuras, mi madre preparaba un té de jengibre y unas hojuelitas de maíz y juntos compartíamos hasta tarde. Todas sus historias proyectaban visión y un entusiasmo por la vida que se quedaron impresos permanentemente en mi corazón. El, junto a mi madre, utilizaba estas experiencias para hablarnos de las dificultades de la vida y la forma de manejar los fracasos y los éxitos.
Es por eso que te sugiero, con mucha confidencia, que el chocolate caliente y la lectura en familia deben convertirse en una de tus prioridades este otoño e invierno. Estas no solo crean memorias positivas, sino también que nos ayudan a conectar con nuestros seres queridos infundiéndolos de valor y positivismo para enfrentar sus circunstancias diarias. Estudios han demostrado que el calor familiar entre padres e hijos tiene muchas ventajas. En las familias donde existe calor familiar existe mejor comunicación entre padres e hijos. Estos hijos tienen mejor estima propia, mejores calificaciones y mejor comportamiento en el hogar y la escuela entre otras cosas.
El tiempo familiar es importante tanto como para fortalecer a la familia como para fortalecer el espíritu de los hijos. Lo opuesto también es cierto, en la ausencia de un buen sistema de apoyo, el estrés externo ha ido aumentado y se ha hecho tan fuerte que aun las familias fuertes se están desintegrando.
El cerebro permanece flexible o plástico durante nuestras vidas, pero no al alcance espectacular que vemos durante la niñez. Los hábitos de manejo emocional que se repiten una y otra vez durante la niñez y los años de la adolescencia ayudan a moldear nuestro sistema interno de circuito. Esto hace a la niñez una ventana decisiva de oportunidad para moldear nuestras inclinaciones emocionales. Los hábitos que adquirimos durante la niñez se escriben con marcadores permanentes en nuestra arquitectura neural, por lo que se hacen muy difíciles de borrar en el futuro. Es por eso que la niñez es un época tan crucial para moldear las inclinaciones emocionales con las que vamos a batallar por el resto de la vida.
Cuando mi padre murió en septiembre 3, 2013, me dejó de herencia un legado de fe, una convicción firme, inteligencia para lidiar con relaciones, un sentido de responsabilidad hacia la comunidad y aspiraciones personales y familiares.
Si deseas dar apoyo a tus hijos y dejarles un legado, especialmente, en una época en la que la causa más común de incapacidad entre adolescentes es la enfermedad mental, no existe mejor forma que en el calor de la familia. Durante esta temporada de frío, en vez de dispersarse todos por la casa, comienza una jarra de chocolate caliente, abran un buen libro juntos y propón en tu corazón disfrutar a tus hijos y a traspasarle valor, fe y tu visión por su futuro.